domingo, 27 de junio de 2010

El Nobel de la Paz, una polémica inútil

Argentina ya ganó dos mundiales de fútbol, un puñado de medallas olímpicas, dos premios Oscar, un Nobel de la Paz y dos de medicina. Todos, logros perfectamente inútiles, excepto si se considera importante la elevación de nuestra autoestima colectiva. En tren de sumar galardones a la vitrina de la Patria, hoy circula la propuesta de premiar con la misma distinción que recibiera Adolfo Pérez Esquivel a las Abuelas de Plaza de Mayo. Claro que no deja de resultar una postulación revulsiva, según se ve en las polémicas que se han despertado en torno al asunto. Si los respetables editorialistas de La Nación -diario identificado con los derechos humanos, si los hay- ponen la propuesta en tela de juicio, y el influyente Clarín la ningunea, por algo será, como bien se decía en las etapas prósperas de nuestra historia. Por eso, hemos afilado el lápiz en la búsqueda de nombres más dignos de tal distinción, para representar a nuestro país:

*Raúl Porchetto. ¿Acaso no hizo el tema Algo de paz?
*Lita de Lázari. Sin dudas, una intelectual que abogó toda su vida por los derechos humanos de la gente decente.
*Cecilia Pando. Otra discípula de la Madre Teresa de Calcuta, comprometida con la concordia y el entendimiento.
*Ernestina Herrera de Noble. En reconocimiento a su lucha sin cuartel -bueh, no tanto- por la verdad y la justicia.
*El General Antonio Bussi. En Tucumán, aunque parezca increíble, muchos aún agradecen sus esfuezos para lograr la pacificación y para que las calles quedaran libres de personajes desagradables, como linyeras y chicos de la calle.
*Carlos Saúl I. Sus indultos fueron un intento fallido pero heroico por enviar al olvido tantas cosas feas que pasaron hace tantos, pero tantos años, que para qué nos vamos a andar acordando.
Bueno, che. Me cansé de pensar. Aporten algo ustedes también. En un país tolerante, solidario, democrático e igualitario como el nuestro, deben sobrar candidatos, ¿O no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario